La niñez es una niña
alegre, traviesa y juguetona.
Pasa deprisa, en puntillas
y casi nunca incomoda.
La adolescencia es un joven
que tira de un carro de hormonas.
Comienza a dudar de la vida
y todo se lo cuestiona.
La madurez llega deprisa,
sigilosa y de repente,
dejando surcos sutiles
en el alma y en la frente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario